Publicado: 27 de Abril de 2014
Mesas diseñadas por él están en entidades bancarias de todo el mundo. En algunas, incluso sin cobrar derechos de autor. La primera puerta automática que hubo en Asturias la hizo él, a partir de la de un autobús, para Valtueña. Fue hace cincuenta años, en un intento de convertir a Gil de Jaz en los Campos Elíseos. Suyo es, también, el más galardonado estand de Asturias en Fitur, el de 2000, y el emblema del Principado que marca el salón de plenos del Parlamento asturiano. A sus 76 años, el interiorista, diseñador y artista José Antonio Menéndez Hevia sigue en fase de plena creatividad. Siempre acompañado de Trigo, su fiel perro labrador, a la vez que diseña asientos verticales para autobuses y expone con su pareja profesional, pero no sentimental, Nina Grønn, en el Barjola, también imagina cómo será el interior del nuevo Dindurra.
-¿Da miedo participar en la reforma del Dindurra?
-No, pero por dos claves: por la familia Ortiz y por el Grupo Gavia. La propiedad es muy cuidadosa y colaboradora. Y los hosteleros tienen muchísima experiencia y rigor. Si participo en este proyecto es por ellos y porque estamos hablando de un local que no sólo es patrimonio de Gijón, es de toda Asturias.
-¿Patrimonio limita mucho?
-Patrimonio es muy exigente, como tiene que ser. Pero en este proyecto tenemos la suerte de contar con un arquitecto como Antonio Fernández Morán, una persona muy metódica, que sabe perfectamente lo que quiere y se organiza muy bien. Con esa terna, propiedad, gestores y arquitecto, es muy fácil trabajar.